En estas fiestas enciende tu luz
La Navidad nos invita a recordar que los regalos más valiosos no son los que se envuelven, sino los que nacen del corazón. Una sonrisa, una palabra de aliento, un momento de escucha plena o una oración enviada con amor son obsequios que trascienden lo material y llegan al alma. Estos regalos energéticos tienen el poder de sanar, inspirar y crear conexiones que iluminan mucho más que un árbol navideño.
A veces, nuestras propias dudas, miedos o heridas pueden hacer que nos cuestionemos si realmente tenemos algo valioso que ofrecer. Sin embargo, quiero recordarte que el simple hecho de existir ya es un regalo. Cada pensamiento lleno de luz, cada pequeña acción cargada de intención tiene el poder de cambiar el mundo de maneras que quizás nunca llegues a ver, pero que siempre resonarán en el corazón del universo.
Dar no se trata de grandiosidad o de esperar reconocimiento. Es un acto que nace del corazón, un recordatorio de que estamos profundamente conectados con todo lo que nos rodea. Al ofrecer lo mejor de nosotros mismos, también recibimos paz, alegría y un sentido profundo de propósito. En el acto de dar, nos encontramos, nos sanamos y descubrimos que la abundancia está en la simplicidad de compartir.
Te propongo un proceso ritualizado para descubrir y ofrecer este regalo único. Si pinchas en la imagen, entre varias opciones, los Seres de Luz te mostrarán cuál es el mejor regalo que puedes ofrecer en estas fiestas. Abre tu mensaje y descúbrete.
Esta Navidad, ofrécete como un faro de luz, una chispa que encienda el fuego de la esperanza, la alegría y el amor en quienes te rodean. Regala lo intangible: tiempo, escucha, gratitud y presencia. Porque dar es mucho más que un acto, es un camino hacia la unidad, hacia la verdadera plenitud.
Con amor y gratitud,
María Mercè